La revolución de la industria musical

En las últimas semanas han salido varias noticias interesantes que indican el inicio de un cambio radical en la industria de la música. Primero, Radiohead decidió vender su más reciente álbum directamente desde su sitio, pasando por alto a las grandes compañías distribuidoras, lo cual obtuvo buena respuesta entre sus aficionados, así como entre otras bandas como Oasis y Jamiroquai quienes también decidieron poner su música disponible en Internet. Y la cereza del pastel, como dicen, fue Madonna, quien anunció un contrato de 10 años con una agencia promotora de eventos para que organice sus conciertos y la producción y distribución de sus CDs.

¿Y que están haciendo las grandes casas disqueras para evitar que sus músicos se vayan e intenten por su cuenta? Al parecer nada. Ellos siguen culpando a los servicios de P2P por sus “millonarias” pérdidas (a pesar de que siguen vendiendo y mas que en otros años), demandando a las personas que usualmente son sus mejores clientes y avocando por un control más estricto sobre el formato digital (DRM). Si las cosas siguen así, es casi seguro que el actual oligopolio que mantienen termine en unos pocos años, ya que se ha comprobado que compartir música sin DRM no solo no afecta a los artistas, quienes usualmente ganan mas dinero con sus conciertos que con sus discos, sino que en realidad sirve como promoción para las bandas que están empezando, y son ellas mismas las que están poniendo las canciones en los distintos servicios de P2P, como en el caso de Brasil, donde existe un movimiento llamado “Technobrega” que se está expandiendo exponencialmente gracias a los músicos que ven la “piratería” como una herramienta de mercadotecnia. De hecho, parece que los únicos que salen ganando al utilizar DRM son las compañías que crean estos sistemas y que cobran sumas millonarias a las casas disqueras para que lo utilicen, para que luego un niño de 12 años descubra la manera de eliminar la protección anti-copia en unas cuantas semanas. El único que sale perdiendo, claro, es el consumidor quien tiene que comprar distintas versiones de una misma canción para poder tocarla en sus distintos aparatos electrónicos.

Pero tal vez el caso mas interesante se encuentra en la entrevista que le hicieron a una niña de 9 años que utiliza Limewire para encontrar su música predilecta, y quien no ve esto como un delito porque “esta pagando por el Internet y Limewire viene con el Internet”, y hace una pregunta que llama mucho la atención: “¿Porqué pondrían [música] en el Internet he inventarían toca-mp3 si fuera en contra de la ley?”. También es notable una de las razones que da para bajar música de Internet (y principal argumento de lo que comenté anteriormente acerca de cómo el DRM perjudica al consumidor):

“Mis CDs no funcionan en mi toca-mp3 así que Limewire es la única manera de hacerlo. Compre High School Musical 2 en CD pero no se quiso copiar a mi mp3”

Por último confirma lo que ya había comentado antes, que bajar música de Internet realmente promueve a los artistas: “Bajé música de Lee Ryan y Simon Webbe y entonces fui a ver Blue”.

Ahora, hay que tomar el artículo de la niña con un grano de sal considerando la fuente, pero esto aunado al resto de las noticias es un gran golpe para las industrias disqueras, mas no para los artistas, ya que como dijo Dave Peters de Throwdown: “Si realmente quieres mantener a un grupo, róbate su álbum… Ayuda a enterrar a la casa disquera…, y compra una camiseta [oficial] cuando vayas a sus conciertos y cantes sus canciones”.