Que difícil es querer trabajar con un resfriado. La cabeza te da vueltas, la nariz no deja de escurrir, y lo único que quieres hacer es estar tumbado en la cama tratando de dormir, aunque la nariz tapada te impide conciliar el sueño.
Así es, traigo gripe y me siento de la fregada… Pero que le vamos a hacer.