En la oficina donde trabajo tenemos un área de cocineta donde preparan el café. En los estantes de arriba tenemos dos tipos de tazas separadas. En un lado, tenemos las tazas "comunes", blancas y sin ninguna marca distintiva, todas iguales; las típicas tazas de oficina. En el otro lado, están todas las tazas "personalizadas", de distintos tamaños, colores, formas y representando variados temas.
Es lógico pensar que las tazas personalizadas tienen dueño, principalmente porque son tan diversas que son fácilmente identificables, y usualmente representan lugares que alguien ha visitado o escuelas en las que ha estado.
Sin embargo, así como hay gente que no tiene respeto por los lugares de estacionamiento para personas discapacitadas, también hay gente que no respeta la propiedad ajena. Para este tipo de personas, tengo la solución: